martes, 24 de febrero de 2009

Prometeo de Olegario


EL ASTRO ERRANTE

Yo era el astro que erraba en el espacio
Al azar de los vientos de la vida,
Y tú fuiste la estrella misteriosa
Que me brindó su lumbre bendecida.

Sin ti, la eterna noche me rodeara
Como al astro maldito del vacío,
Y mi vida sin ti se consumiera
En perpetuo y estéril desvarío.

Tú me diste la fe que me faltaba,
Me calentó la luz de tu mirada,
¡Y esa luz, que me envidian los extraños,
Es la luz de tu amor, es luz prestada!


El autor de este poema es Olegario V. Andrade,está considerado como el mayor poeta lírico de segundo periodo romántico en la Argentina.

Su figura ha sido colocada algunas veces al lado de Echeverría y Mármol. Fue un artista de precocidad excepcional en nuestro país, y cultivó preferentemente los motivos históricos y patrióticos, con los que se había iniciado en sus años de estudiante. Pese a su exagerada entonación declamatoria, son sin embargo versos de algún valor.

En el verso que nos expone intenta explicar como Prometeo engaña a Zeus y este le castiga encadenando lo al Cáucaso ordenando así que todos los días un águila se comería su hígado y a la noche se le reconstruiría todas las noches.Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y le liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la liberación más gloria a Heracles, que era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.


1 comentario:

Javi dijo...

Bueno, Zaira, mucho mejor, con el comentario del poema. Enhorabuena